martes, 9 de octubre de 2007

Santa Ana Maya...leer para escribir y para saber leer.

Parte I
Lo más normal seria comenzar hablando sobre estadísticas, datos y publicidad que se le ha dada al rezago de la lectura en nuestro país; pues bien tan sólo este es una invitación a la lectura que cuenta con algunas ventajas y sugerencias pácticas acerca de este ejercicio mental.
En primer plano, leer es repasar todas y cada una de las representaciones gráficas de los diferentes sonidos que se producen en el habla cotidiana, pero esto va má allá, la lectura nos permite conocer mas nuestro idioma –hablado y escrito-, nos da la oportunidad de de tener mas vocabulario para expresarnos mejor, para establecer mejores y más laras relaciones sociales, además nos permite tener una escritura variada, coherente y objetiva.
De la lengua hablada, podemos decir que es tan cambiante como cada situación que vivimos, y aunque adquirimos modismos y palabras que destrozan nuestra lengua, también se nos de la oportunidad de reinventarla y llevarla hacia la evolución.
En cuanto a la lengua escrita, se puede conocer en ella el transcurso del tiempo, la manera de pensar, los temores, y hasta razones por las que las personas llegaban a quitarse la vida, todo esto se puede encontrar en un texto tan corto como un cuento, una leyenda o hasta en un artículo de periódico.
Además, muchas veces la lectura y la escritura nos deja ver la calidad de planteles y recintos educativos y hasta administraciones gubernamentales, esto es, al pedir información o ver algún texto escrito expedido en estos lugares nos da una idea del nivel que se tiene y de la visión hacia el público, así podemos tomar una mejor decisión.
Pero debemos prestar mucha atención a lo que leemos, pues todo depende de nuestras convicciones y de lo que buscamos en las lecturas, porque aunque sea existen diferentes enfoques que se le puede dar al leer, podemos encontrar el que nos permite leer más allá de lo superficial o encontrar un refugio en muchos sentidos en las páginas de un libro.

por Leon Poniatowska





La elección del Mesías, los candidatos en Santa Ana Maya

Ya siempre hemos hablado sobre las campañas políticas de la localidad, nos parecen más importantes que cualquier otra porque es a nosotros a quienes nos interesa y nos afecta verdaderamente, además, sabemos a tanteos las costumbres de los candidatos, los analizamos en lo cercano, su preparación y sus intensiones. Así que recurrimos a los juicios sobre la persona o personas que se encargarán en la administración, más que a sus ideales o ideas políticas.
Y es así porque no vemos un despliegue de ideas o proyectos claros, convincentes e incluyentes de la participación civil. El rito de la ahora muy popular “democracia” se reduce a los slogans de campañas, en las que todos o “quieren mucho a su pueblo” o “merecemos el progreso” –después nos dirán qué significa eso de “progreso” o por lo menos cómo lo entienden ellos-. Hay candidatos que incluso se atreven a decir que son los mejores porque son honrados, como si la honradez fuera una característica de la persona o de una administración, sin ver siquiera que la honradez, como virtud, se ejerce constantemente: se hacen cosas con honradez, no se es honrado desde siempre y para siempre. Y, como son honrados, no hace falta que nosotros observemos su desempeño y así no tengamos que entrar activamente a reclamar cuentas claras.
Se nos antoja no participar en el rito de la democracia, no sólo por lo que dice Ambroise Bierce sobre el elector.- “s. aquel que goza del sacrosanto privilegio de votar por un candidato elegido por otros” también por otras consideraciones; -se dirá que en Santa Ana Maya un partido permitió elegir a su candidato de tres opciones (pero cuántos de nosotros postulamos a uno de los tres, a cuántos de nosotros nos representan, cuáles han abierto foros para discutir qué municipio queremos)-.El rito de la democracia se reduce a la mera elección, a la acción de escoger. Sí, esa es la democracia que hasta ahora se ha formulado. Se ha querido separar la “elección” de las “votaciones”. Y se dirá, también, que se elige primero y después se vota, pero entre las propuestas resultaría lo mismo votar por uno o por otro: ¿cuál es la diferencia? Todos van a construir calles, capillas, todos van a poner a una banda de viento los días de fiesta, con suerte muchos mandarán construir gigantescos monumentos de su ego, dudaremos de la honestidad de todos.
Hasta el momento no he visto una propuesta incluyente. No he visto una propuesta educativa, mucho menos una propuesta política. Por desgracia la presidencia siempre se ha tomado como un aparato administrativo en el que a lo mucho se prometen apoyos económicos o administrativos a l@s ciudadan@s. Y es aquí, en su mera tarea de administrar donde también se equivoca, no gasta en las necesidades civiles y si lo hace tiende a ser caprichoso, a regatear la ayuda. Incluso en lo popular (la fiesta patronal y la reapertura) carece de visión de orden y limpieza básicos. Las administraciones en turno no nos dan, ni siquiera de lejos los elementos para que nosotros, l@s ciudadan@s participemos en la vida pública de una forma activa. No nos dan elementos para educarnos –no me refiero a saber leer y escribir, sino a la educación cívica y cultural indispensable.
Todo parece indicar que los señores candidatos se consideran terriblemente buenos en la política, son casi Mesías de la función pública. Ellos y sólo ellos podrán sacar al municipio del atraso y, de pasada, limpiarán hasta los últimos rincones de la suciedad que, según ellos, se esconde en las anteriores administraciones. Vaya idea que tienen de sí mismos. No se conforman con saberse los mejores: quieren que nosotros nos enteremos y les rindamos culto…claro, por eso en sus campañas se hacen acompañar de un nutrido grupo de niños y “organizadores de mítines”. En su extraña lógica, según vemos, el que haga más ruido, lleve más carros al mitin o regale más globos a los niños ganará ¡ellos si saben de política!


por Arin B. R.