martes, 24 de abril de 2007

Santa Ana Maya y sus errores histórico-políticos

MORELIA
Santa Ana Maya y sus errores histórico-políticos
En un programa que se ha trasmitido en varias ocasiones en el SMRTV en relación al municipio, existen terribles errores en cuanto a las referencias históricas se ofrecen.

Dentro de la programación televisiva del Sistema Michoacano de Radio y Televisión (SMRT), comúnmente se transmiten programas culturales, destinados a destacar los modos de vida de pueblos michoacanos. Sin duda, este tipo de programas acrecienta el conocimiento que tenemos los michoacanos acerca de nuestros pueblos, y también, los visitantes y personas de otras latitudes tienen la oportunidad de conocer las particularidades más íntimas del modo de vida de nuestra gente, en otras palabras, se especifica, en un límite físico-político determinado, los distintos modos de ser, usos y costumbres de los diversos pueblos de la entidad. Gracias a esto podemos conocer las diferencias culturales y económicas de las distintas regiones michoacanas, así como sus afinidades; tan importante es el asunto. Sin embargo, como a veces sucede, los errores en datos, cifras y hechos se hacen presentes cada vez que se realiza un proyecto al vapor, o si se consulta a las personas equivocadas en cuanto a alguna característica particular de un pueblo.
Este es, por desgracia, el caso de Santa Ana Maya. Debemos denunciar que en el programa que se ha trasmitido ya en varias ocasiones en el SMRTV en relación a aquel municipio, existen terribles errores en cuanto a las referencias históricas que se ofrecen, que redundan en confusión para la sociedad santanense en primer término, y también, en la gente del resto del estado, que vieron la transmisión y que se ha creado, a partir de la información declarada, una idea equivocada del origen histórico del pueblo de Santa Ana Maya.
El inicio del programa es bello, hay que decirlo, no obstante, la introducción refiere a la fundación del pueblo en una fecha equivocada, e incluso se señalan las personas que se encargaron de gestionar, ante el virrey, el otorgamiento de la cédula de fundación. La parte narrativo-introductoria da paso a las entrevistas. Primero aparece el presidente municipal, de quien conocemos su calidad humana, pero que se equivocó al dar poca importancia a la entrevista, hecho que inferimos de la poca instrucción histórica que ofreció al afirmar que Santa Ana Maya se fundó el 2 de abril de 1555. Además, señaló que el título del pueblo se refería a la madre de Jesucristo, estamos de acuerdo, pero que Maya se refería a mercado, nada, pero nada cercano a una interpretación objetiva, que más adelante explicaremos.
También, se entrevistó al tesorero municipal, quien refirió la falta de información respecto a la historia de Santa Ana Maya, dijo que no existían muchos acervos documentales para lograr su estudio histórico, además, señaló que el Archivo Municipal se había quemado en el ´29, no especificó de qué siglo.
Pues bien, Santa Ana Maya carece de una referencia documental que especifique una fecha determinada de fundación. En 1972, Jesús Romero Flores publicó algunos datos acerca de Santa Ana Maya (Diccionario michoacano de historia y geografía, México, 1972, p. 512), en los que afirmó, sin dar nota de sus fuentes, el 2 de enero de 1555 como el punto de fundación, incluso, señaló nombres de los fundadores: Juan de la Cruz Fernández, Juan Monroy, Jerónimo Ordaz y Alfonso Sangrieto, quienes habrían hecho la petición al virrey, que otorgó, escuche usted, «cédula virreinal», a un pueblo que difícilmente aparecía en el mapa religioso del Obispado de Michoacán. Además, Romero Flores determinó el título «Sitquije» a Santana, que en idioma tarasco significa tierra fértil, otro dato no comprobable.
Sin duda, Santa Ana Maya tuvo un pasado prehispánico, ligado a la cultura Chupícuaro (400 a. C. a 200 d. C), pero no se sabe la fecha exacta de asentamiento ni fundación virreinal. Lo terrible del caso es que, en base a los datos de Romero Flores, el gobierno del estado publicó un libro donde repitió los errores históricos respecto a Santa Ana Maya (Los municipios de Michoacán, gobierno del estado, 1989), y refrendó el error en el año 2000, en una nueva edición, y aún más, las inexactitudes históricas se repiten en la página de Internet del gobierno. Ahora, 2007, se incide en los mismos traspiés, incluyendo la afirmación equivocada de que no existen datos históricos sobre Santana. Frente a esto, debo dar a conocer a usted que en el pasado mes de febrero se presentó un libro dedicado a la historia de Santa Ana Maya, una publicación donde se analiza, entre otras cosas, el asunto de la fundación, el nombre y la generalidad de la historia del municipio, desde la época virreinal hasta la actualidad. En el ensayo se estableció la falta de credibilidad sobre los datos proporcionados por Romero Flores, sobre todo en vista de que no existe, hasta ahora, un documento que avale la afirmación.
En cuanto al nombre, el asunto está en el mote Maya, que gustosamente señaló el presidente como mercado. Una de las crónicas que se han mantenido en relación a «Maya», es sobre la aparente existencia de una familia, de apellido Mercado, que vivieron en un punto denominado La Loma, que habrían determinado anexar el mote a la población, pero eso aún no es comprobable. Otra referencia indica un origen tarasco que determinaría al sustantivo como «lugar de ídolos». Finalmente, existe una teoría por demás simple, Santa Ana Maya fue y ha sido un pueblo pescador, y la elaboración de «malla» para pescar era una actividad común y generalizada, y por lo tanto, pudo haberse utilizado el término por gente de otros pueblos para referirse a los santanenses. ¿Hay pocos datos sobre Santa Ana Maya, como se afirmó en ese programa? ¡No! Existe una vasta y accesible información, pero está contenida en un enorme y diverso mar de documentos, resguardados en los varios archivos ubicados en Morelia. Es verdad, no existe archivo antiguo en Santa Ana Maya, se quemó, sí, pero en 1875, según consta en documentos (Periódico Oficial, Año VIII, Núm. 331, Morelia, 1 de marzo de 1882, p. 3), por una «gavilla de malhechores. Por lo demás, las afirmaciones erróneas tienen origen en el afán de protagonismo.
Es verdad que en estos momentos se carece de acceso a ciertos repositorios, como es el caso del archivo parroquial, neciamente negado por el cura del pueblo, David León Patiño, sin embargo, existen cientos de documentos que hablan sobre Santa Ana Maya, sólo hay que ir a buscarlos e interpretarlos.
Lo más grave de todo es que, juzgue usted, el libro señalado, de cuya investigación y redacción soy responsable (Santa Ana Maya. Historia breve, H. Ayuntamiento, 2007), fue auspiciado por la propia alcaldía, entonces, ¿por qué repetir los mismos errores si se tienen conclusiones que no se tenían antes?, ¿será porque no se lee lo suficiente y sólo interesa el escaparate político?, ¡claro!, eso habrá de ser.


Alejandro Mercado Villalobos. Colaboración especial.



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